miércoles, 24 de agosto de 2011

Voces

- Aquí vinimos a descansar.
Asentí.
- ¿Salimos a dar un paseo por el jardín?
- Mejor bajemos a la cafetería.
Los camareros vestían de un blanco impecable.
- ¿Por qué tardan tanto los niños?
Me giré y miré hacia la ventana. A veces deseaba no oír algunas cosas.
- Me duele la cabeza.
Subí a acostarme.

Al cabo de un rato se oyeron gritos en mi pasillo.

Cuando vi pasar al de la 204 en la camilla, enredado en una camisa, pensé que era mejor no volver a decirles nada de las voces.

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